domingo, 2 de junio de 2013

CONCEPTO DE SOCIOMETRÍA

CONCEPTO DE SOCIOMETRÍA


La palabra Sociometría procede de los términos latinos socius: compañero, social, y metrum: medida; de donde viene su sentido general, que es el de medida social , medida de las relaciones sociales entre los miembros de un grupo. Su iniciador, Jacob Levy Moreno, la define como el estudio de la evolución de los grupos y de la posición que en ellos ocupan los individuos, prescindiendo del problema de la estructura interna de cada individuo. Es decir, que la acepción de medida se toma, estrictamente, en sentido cuantitativo; nos facilita información sobre el número de elecciones o rechazos que un sujeto recibe y, por tanto, sobre su posición en el grupo de alumnos, pero sin ofrecernos datos relativos a las causas motivadoras de las decisiones tomadas por los sujetos en cuanto a sus preferencias o repulsas. Estas causas se averiguarán, posteriormente, a través de la aplicación al grupo estudiado de distintas técnicas cualitativas de investigación educativa, tales como la entrevista, la observación, cuestionario, psicodrama, estudio de casos, etc. También pueden utilizarse diferentes tipos de tests (de inteligencia, de adaptación, de personalidad...) o pruebas objetivas que resulten necesarios para localizar los datos convenientes.

Como ya sabemos, la sociedad forma grupos que se configuran respondiendo a una serie de condicionantes, ya sean externos o internos: edad, lengua, clase social, aficiones, raza, religión, centro educativo, afinidades caracterialógicas, ideología, etc. Estos factores, condiciones sociales y psicofisicas de los miembros integrantes, configuran de una determinada manera los grupos humanos. La escuela, como microsociedad, también se estructura de un modo concreto. Los alumnos sienten entre sí afinidades y rechazos, normalmente por simpatías o antipatías debidas a cualquiera de los factores antes citados, o a otros diferentes. Esta dinámica interna de relación interpersonal y es-pontánea en cada grupo es la que conoceremos a través del test sociométrico, al margen de la estructura que podríamos denominar «convencional» de la escuela.

Por tanto, la Sociometría nos facilita técnicas apropiadas para estudiar con exactitud y representar gráficamente los vínculos existentes en grupos no muy amplios.


OBJETIVOS DE LA SOCIOMETRÍA

La Sociometría persigue un fin en el campo de la educación: el conocimiento de la estructura social interna del grupo de alumnos. Pero este fin sólo se conseguirá, como en cualquier otro caso, mediante la adquisición de unos datos concretos que, en su conjunto, facilitan la visión global que se pretende. Datos cuya obtención constituye el objetivo primero de la aplicación del test sociométrico.

Así, los objetivos de la Sociometría educativa pueden concretarse en los siguientes:

  1. Conocer el nivel de aceptación que un alumno posee en su grupo.

  1. Obtener el grado de cohesión entre los elementos del grupo-clase: si están bien integrados o si, por el contrario, se organizan en grupos aislados unos de otros.

  1. Localizar a los alumnos especialmente rechazados por los demás.
  2. Localizar las estrellas o líderes en el grupo, que puedan servir como aglutinantes del resto de los componentes.

  1. Localizar los sujetos aislados, que no registran elecciones de ningún tipo. Se observará su mayor o menor grado de integración relacionándolos con las elecciones o rechazos que ellos manifiestan.
  2. Comprobar las consecuencias que la incorporación de nuevos sujetos tienen en ese grupo.
  3. Observar el grado de aceptación social que puede tener un niño «muy estudioso» entre sus compañeros, no descuidando otros factores que influyan en su elección o rechazo. Determinar

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la influencia que tienen algunos factores característicos (sexo, edad...) en las elecciones o rechazos de los miembros.

  1. Analizar la repercusión que un líder o estrella tiene en el grupo.
  2. Aplicar los datos obtenidos a la utilización de una adecuada metodología de trabajo en el aula.

Una vez conseguidos estos datos a través del test sociométrico y del estudio detenido del sociograma y psicograma resultantes, se tendrá la posibilidad, por una parte, de actuar sobre el grupo de manera efectiva y eficaz, con el fin de mejorar la relación social entre sus miembros, de lograr una fuerte cohesión en su estructura global; por otra, de ejercitar acciones dirigidas al grupo, pero con repercusión directísima en cada persona integrante del mismo, pues al producirse un desarrollo más completo de las personalidades individuales, se enriquecerá más con el trato estable y abierto hacia los demás.

Las técnicas de dinámica de grupos, por otro lado, ayudarán a ejercer esa necesaria acción posterior que, prácticamente, será necesario llevar a cabo en todos los casos.



UTILIDAD PEDAGÓGICA DE LA SOCIOMETRÍA

De forma sintética, algunas de las aplicaciones concretas para las que el profesorado puede encontrar gran apoyo con el empleo de las técnicas sociométricas en el aula:

       Ante la existencia de elementos aislados en el grupo, no elegidos por nadie, habrá que procurar que los demás les presten atención, los conozcan más profundamente. Para ello, puede ser una solución integrarlos en un grupo de trabajo donde esté el compañero que ellos eligen como preferido para estudiar.

       Si el grupo-clase se encuentra dividido en subgrupos, será conveniente hablar con los líderes de cada subgrupo para hacerles ver la importancia de su buena relación mutua, de modo que pueda producirse la integración total del grupo mediante ellos. Hacerles partícipes de esta responsabilidad suele ser un buen aliciente para que cambien su actitud positivamente. Darles a conocer el beneficio que puede derivarse para determinados compañeros es una fuerte motivación para su conducta.

       Cuando exista un alumno o alumna rechazados por la mayoría de los miembros, será necesario examinar las causas que provocan esta marginación (en algunos casos, previsible y en otros no). Habitualmente se presentarán unas motivaciones claras, externas o internas, que explicarán la reacción de los compañeros. Evidentemente, la primera acción es procurar eliminar en el sujeto afectado (y siempre que sea posible) las causas que ocasionan esta postura antisocial, a través de todos los medios disponibles y con la intervención de los especialistas precisos (médico, orientador, asistente social, otros profesores, etc. ), según la importancia del caso planteado y los diferentes aspectos implicados. Es indudable que también hay que trabajar en el grupo para que colabore en la aceptación del sujeto, explicando claramente la postura adoptada e intentando superar la situación en el más breve plazo de tiempo posible. Cuanto antes se logre, menos dañada resultará la personalidad y evolución normal del alumno afectado.

       Para la determinación de estrategias metodológicas en el aula, especialmente en los momentos previstos para el trabajo en grupos operativos a lo largo del desarrollo de una unidad didáctica, será un dato valioso el de la estructura social del grupo en su conjunto. Se procurará, en principio, que los grupos de trabajo se ajusten a los grupos aparecidos espontáneamente, en función de las preferencias manifestadas por el alumnado. Darán un resultado óptimo, siempre que la clase esté bien integrada y sin problemas especiales.


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Cuando haya algún sujeto con dificultades de integración, el conocimiento estructural del grupo servirá para incorporarlo con los compañeros que más le puedan motivar y con los que él se encuentre más compenetrado, tanto para el estudio como para el juego o cualquier otro tipo de actividad. Resultará, así, más fácil romper el aislamiento.

       Una de las necesidades psíquicas básicas que toda persona debe tener satisfecha es la de su aceptación por parte de los grupos sociales donde se desenvuelve. Y uno de ellos, impor-tantísimo para la socialización del niño por integrarse en él en las primeras etapas de su vida, es el centro escolar. El grupo-clase, por tanto, debe ser utilizado, bien utilizado, por el profesor para conseguir este ambiente afectivo agradable, de apoyo al individuo, con el cual satisfaga la necesidad aludida. La base para una actuación fecunda en este aspecto, como se supone claramente, es un previo conocimiento de la estructura social del grupo, fácilmente alcanzada por medio del test sociométrico.

       Conseguido un clima social integrado dentro del grupo-clase, repercutirá favorablemente en la evolución de cada individuo. Esto es, lo previsible es que se obtengan mayores rendimientos en cualquier faceta de la educación: máximo aprovechamiento de las aptitudes particulares, mayor nivel de estudio, actitudes favorables hacia los compañeros y los profesores, colaboración efectiva entre todos los miembros para lograr objetivos comunes, etc.

       En un diagnóstico inicial, durante el proceso de enseñanza y aprendizaje y en la reflexión final sobre los resultados alcanzados, se hace imprescindible disponer de datos relativos a la sociabilidad de la persona, pues es uno de los componentes de la personalidad decisivos para la vida. Una evaluación formativa no debe dejar sin valorar aspectos cualitativos de la educación, aunque resulten más difíciles de objetivar, ya que dejaría sin evaluar lo que realmente constituye la esencia de la educación: las actitudes, limitándose a medir lo que siempre ha resultado más sencillo: los contenidos conceptuales adquiridos en la enseñanza.



LIMITACIONES DE LA SOCIOMETRÍA

No obstante las ventajas que se vienen comentando hasta ahora, el test sociométrico (como cualquier otro test) presenta unas limitaciones y, como consecuencia, deja sin conocer algunas facetas de la personalidad social del alumnado. Ya hemos dicho que los datos que se obtienen son de tipo cuantitativo; por ello, no manifiestan en absoluto la profundidad de los sentimientos expresados por los sujetos, ni garantizan la verdad total de las respuestas. Tampoco nos hablan de las relaciones que mantienen los alumnos en ambientes extraescolares, quiénes son sus verdaderos amigos fuera del centro (con los que, quizá, mantenga una amistad más profunda que con los compañeros de clase), o cuál es la conducta social que desarrolla internamente, dato independiente de sus simpatías o antipatías por un compañero determinado.

Estos datos complementarios, cualitativos, deberán hallarse posteriormente mediante la observación, entrevistas u otras técnicas descriptivas ya citadas, sobre todo con los alumnos que presenten algún problema de socialización. Pero esto constituye una segunda fase, que se llevará a cabo después del estudio del sociograma y de las implicaciones que de él se deduzcan.

Por otra parte, las preferencias de los niños cambian con facilidad, sobre todo en épocas de maduración progresiva como son las típicamente educativas, por lo cual el sociograma de un grupo-clase no siempre es el mismo: varía con el paso del tiempo, a la vez que cada uno de sus miembros va evolucionando, va desarrollando sus facultades de todo tipo. Aunque la estructura general no pierda cohesión, si se modificarán las posiciones de sus elementos. Para localizar y tener al día el conocimiento social del grupo se aplicará el test sociométrico en distintos momentos del curso (aunque no sean demasiados: una vez al trimestre puede resultar adecuado) y a lo largo de la escolari-dad del alumno, en todos los cursos por los que pasa. El objeto de este seguimiento es el que se


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señalaba al citar la evaluación formativa: detectar los problemas en cuanto surgen y poner remedio cuando todavía es posible resolver complejas situaciones de relación que puedan aparecer.




EL TEST SOCIOMÉTRICO

El modo de aplicación consiste en repartir el impreso entre el alumnado de cada curso, explicar la forma en que deben contestarse las preguntas y asegurar la confidencialidad de las respuestas, ya que a la hora de construir el sociograma no van a aparecer los nombres de cada uno, sino un simple número, no identificable, que el profesor asignará a cada alumno.


Nombre y apellidos:
Número:
........................

...........................................................................


Edad: ........................................................................
Curso:
Fecha:

PREGUNTAS

1.  Escribe el nombre y apellidos del/de la compañero/a con quien te gustaría estar sentado/a en clase.

2.  ¿Porqué? ....................................................................................

3.   Para jugar, ir de excursión, etc., ¿a quién prefieres de tus compañeros y compañeras? Escribe su nombre.

4.  ¿Porqué? ....................................................................................

5.  ¿Con quién no te gustaría estar sentado/a en clase, ni jugar, por serte menos simpático/a? Escribe su nombre.









SIMBOLOGIA SOCIOMÉTRICA

Una vez obtenidas las contestaciones, se anotan las respuestas en la tabla sociométrica. La tabla sociométrica consiste en un cuadro de doble entrada, con tantos espacios como alumnos haya en cada grupo-clase. Se numera a éstos, para no hacer figurar los nombres y poder manejar ante cualquiera la tabla y el sociograma posterior, y se sitúan en sentido vertical y horizontal. Verticalmente, en el lateral, se coloca a los electores, y arriba, horizontalmente, a los elegidos. Como es lógico, se necesita una tabla para cada pregunta; es decir, una para las respuestas obtenidas a la pregunta 1, otra para las de la pregunta 3 y una tercera para las de la pregunta 5. De cada tabla se derivará, después, el sociograma y psicograma correspondientes. La forma concreta de anotar las respuestas



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es elemental: si el número 1 elige al 4, se señalará con una cruz o cualquier otro signo el cuadro en que coinciden, exactamente, 1 horizontal. Así, se van reflejando todas las contestaciones, hasta completar todos los datos obtenidos en la aplicación del test. Después, se suman los signos encontrados en cada sujeto y se anotan en la parte inferior de la tabla, y se tendrán las elecciones o rechazos acumulados por cada individuo, dato interesante para plasmar en el psicograma.




Una vez recogidos todos los datos en la tabla se pasa a representar gráficamente las elecciones o rechazos puestos de manifiesto en el sociograma, donde se verá clarísimamente y sin dificultad la estructura social interna del grupo-clase. Para hacer esta representación se utilizan unos símbolos universalmente aceptados.

Niña
Niño
Elección

Rechazo
Elección o rechazo mutuo


Elección o rechazo hacia alumnos diferentes










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La manera práctica de construirlo es ir señalando cada elección, uniendo los círculos o triángulos con la flecha correspondiente. Por ejemplo, si la niña número 2 elige al niño número 7.






Éstos, a su vez, se elegirán entre sí o a otras compañeras o compañeros diferentes; así se irán enlazando unos símbolos con otros, hasta llegar a la representación gráfica completa de las relaciones existentes en el grupo y que compondrán el sociograma del mismo. Las formas más características que suelen aparecer son: estrella, triángulo, cadena, cuadrado.







































Por fin, el psicograma resulta útil para poner de manifiesto el grado o nivel de aceptación que tiene cada sujeto dentro de su grupo. No se refleja quién le ha elegido, pero sí el número de elecciones que ha recibido y su posición, en el grupo, con respecto a los demás compañeros: aparecen claramente los que no tienen ninguna elección, los que tienen una, dos, tres, etc. Consiste el psicograma, por tanto, en una serie de círculos concéntricos (todos los que sean necesarios) en los que se vuelcan los datos de una tabla sociométrica determinada. El círculo más próximo al centro será donde aparezcan los sujetos con mayor número de elecciones recibidas, que en cada tabla puede ser diferente (por ejemplo, cuatro); en el siguiente, saliendo hacia los exteriores, se situarán los sujetos que hayan recibido tres elecciones; en el que sigue, los de dos; a continuación, los de una y en el más externo (el más amplio) los que no han recibido ninguna. El número de elecciones acumuladas por cada niño lo facilitará la tabla sociométrica, como ya quedó comentado en el apartado de la misma. Así pues, un alumno estará tanto más integrado, más aceptado en general, cuanto más central resulte su


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posición en el psicograma. Cuando se represente un psicograma de rechazos, las personas que ocupen las posiciones centrales serán las más rechazadas; es decir, que su interpretación será de modo inverso al comentado antes.


































































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